Proyecto: "Reforma de cocina estilo retro"

Planta de distribución

Este proyecto refleja la visión de Consuelo Torres: una diseñadora capaz de reinterpretar lo retro con sensibilidad actual, dotando cada rincón de calidez, carácter y funcionalidad.

El suelo en parquet cerámico de color coñac le da calidez al espacio, además crea un  contraste  con el blanco y negro de la encimera tanto cromáticamente como en la apariencia en cuanto a materiales y texturas.

Los toques naturales no faltan: la madera cálida del suelo aportan calidez al espacio, equilibrando los acabados más fríos. Esta cocina no solo es funcional, sino que transmite una atmósfera acogedora, atemporal y muy personal.

Elegancia geométrica en clave retro. Ampliación de cocina. 
 En lugar de la despensa se aumentó la zona de armarios de almacenaje y se colocó un mobiliario especial para albergar el frigorífico y los hornos.

Este espacio diseñado por la interiorista Consuelo Torres nos sumerge en una cocina de espíritu retro con una interpretación contemporánea muy cuidada. Desde el primer vistazo, destacan los azulejos tipo hidráulico  que actúan como protagonistas del espacio, aportando dinamismo visual y textura sin saturar el ambiente. La elección de estos diseños alude a las cocinas tradicionales de los años 60 y 70, pero actualizados con una paleta más sobria y refinada.

Los muebles, de líneas sencillas y blancas, contrastan con las encimeras de cuarzo compacto oscuro, logrando una armonía cromática muy equilibrada. Otro detalle con peso estético es la luminaria suspendida en negro: su diseño industrial y contemporáneo introduce un guiño urbano que eleva el conjunto.

La nostalgia como punto de partida

En esta imagen, la propuesta de Consuelo Torres abraza por completo el universo retro. El gran reloj de pared, con tipografía antigua y referencias a una época pasada (“Old Town Clocks, Est. 1863”), actúa como una pieza de anclaje emocional. Este detalle no solo decora, sino que establece el tono nostálgico del espacio.

La campana extractora blanca con repisa superior añade un aire tradicional que recuerda a las cocinas de antaño, mientras que los objetos cotidianos —botellas, tarros, utensilios— refuerzan la autenticidad del ambiente. La madera del suelo juega un papel fundamental al aportar continuidad y una sensación de hogar. En contraste, los muebles de líneas limpias en blanco modernizan la escena, creando una conexión entre pasado y presente.

La ventana generosa inunda de luz natural la estancia, estableciendo un vínculo armonioso con el exterior. Este recurso potencia el confort visual y refuerza el carácter habitable de la cocina. Por último, la lámpara de techo en estructura geométrica negra, con bombillas expuestas, es un sutil guiño a lo industrial que equilibra los elementos más clásicos.

 
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